Wednesday, November 2, 2005

Una de cal y una de arena

Vamos con la mala primero:
No es mala, sino más bien, una vergüenza. Me refiero a lo sucedido en haedo, con los tránfugas esos que qeumaron vagones y luego hicieron mierda los locales aledaños a la estación de tren. A ver qué se gana con romper todo? Si por más que los trenes estén bien y por más que hayan millones de unidades, SIEMPRE se va a viajar hacinado porque simplemente HAY MUCHA GENTE. En todos lados.
La verdad, me podría explayar más y reflexionar al respecto, pero no vale la pena. Me queda nomás esto:
a) nos merecemos TODO lo que nos pasa como país, porque una nación que responde de manera tan obtusa a los problemas no puede pretender nada mejor que lo que tiene.
b) No dejo de confirmar que sin lugar a dudas, hemos sido el más grave error de Dios. Hasta una simple cucaracha es más noble en susu actos que el ser humano. Mind you, let me rephrase: no digo que Dios se haya equivocado al crearnos, sino que no nos merecemos el regalo que nos hizo de existir primero, y de poseer inteligencia y la capacidad de raciocinio después.

La buena:
Acabo de leer en La Nación que han terminado las refacciones en el obelisco. Lo bonito es que fueron un "regalo" si se quiere, de la Cámara de Empresarios Pintores y de Restauración de la República Argentina (Ceprara), quien realizó las tareas y corrió con los gastos, como aporte a la conservación del patrimonio histórico de la ciudad. Fueron 3 meses de trajabo, gracias a los cuales nuestro obelisco ya no es blanco, sino del llamado color piedra parís.
Very very nice =)

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